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Estereotipos y prejuicios

Carmen Fiestas , 9-11-2011.     Artículo en PDF

El perímetro del desarrollo empresarial, personal y social puede estar formado por ciertos estereotipos y prejuicios falsos. Para adentrarnos en el mundo de las posibilidades es conveniente cuestionarlos minuciosamente.

Los estereotipos son el conjunto de creencias culturales compartidas sobre las características de un grupo social o creencias personales sobre esas características que utilizamos para categorizar. Se adquieren mediante la experiencia y el proceso de socialización con familiares, compañeros de trabajo, medios de comunicación, etc. La estereotipia sería el grado en que cada persona asume esas creencias estereotipadas y compartidas.

Dicha categorización es un proceso cognitivo básico que empleamos de forma automática para manejar la información de forma rápida y eficaz, cuyo esquema predomina cuando no realizamos un análisis exhaustivo sino que nos fijamos en los rasgos externos superficiales para clasificarlos u organizarlos dentro de una categoría conocida. Por ello, lo empleamos en la selección cuando nos relacionamos con los demás pudiendo dar origen a prejuicios. Existe la tendencia a ignorar sutilmente la información inconsistente con nuestros esquemas procesando la congruente, lo cual sesga sustancialmente nuestra percepción e interpretación sobre las personas y los sucesos. También suelen exagerarlos o simplificarlos en demasía.

Conductual y afectivamente también nos afectan los estereotipos, ya que nos predisponen con una carga afectiva en las actitudes que tomamos, además de aportarnos información sobre la conducta esperada de una persona.

Estas creencias suelen ser bastante rígidas, poco flexibles y reacias al cambio aunque se obtenga información que las desconfirme. Del mismo modo, podemos ser “estigmatizados” a causa de los prejuicios de los demás.

Dentro del ámbito empresarial son frecuentes falsos estereotipos, tal vez no sólo procedentes de la cultura empresarial compartida, sino también de la cultura social, que dan como resultado tanto la discriminación en el reparto de tareas, como es el caso de los estereotipos sobre género, como el de una baja productividad por quienes han sido protagonistas de juicios prejuiciosos o estereotipados; por ejemplo, por cuestiones de raza o económicas. La motivación de las personas puede ser baja en este caso o pueden incrementarse los niveles de estrés o ansiedad, incidiendo en los resultados.

Uno de los estereotipos más extendidos es que el hombre es más fuerte que la mujer y, por ello, ciertas tareas son difíciles de desempeñar por ellas. Pero hay que tener en cuenta que hoy en día cada vez existen más procesos y trabajos que se llevan a cabo gracias a una tecnología avanzada, que pueden manipularse sin necesidad del uso de la fuerza física. Luego es un estereotipo que hoy tiene sentido revisar y poner al día.

Otro ejemplo es el relacionado con la competitividad y el poder. Generalmente se suelen percibir más competentes a personas con mayor estatus y poder y menos competentes con un estatus y poder bajos. Otros estudios demuestran que a mayor estatus y competencia más frías se considera a esas personas.

Otro estereotipo sería el considerar que quien tiene más conocimiento o formación académica tiene más talento que quien tiene menos formación. No siempre la innovación parte del conocimiento sino de la capacidad para crear, adquirida mediante la experiencia, o para atreverse a romper paradigmas establecidos.

A nivel social es de actualidad la protección que se está realizando por parte de instituciones públicas en defensa contra la violencia de género, que normalmente se está dirigiendo a la mujer por considerarla en una categoría de “persona débil e indefensa”, lo cual a veces incide en que dicho estereotipo perjudique a un hombre que ha sido agredido por una mujer, ya que la tendencia es que sea poco creíble ante un proceso judicial.

Nuestras creencias conforman nuestros límites de crecimiento. Por eso el revisarlas nos puede dar la clave para el desarrollo y progreso de las empresas, las personas y la sociedad. La base de situaciones que no sabemos afrontar, o que afrontamos incorrectamente, seguramente está en algunas creencias que sirven de barrera para que afloren o aumenten nuestras capacidades. Si discernimos con errores los resultados son erróneos o menos satisfactorios que teniendo una amplia visión y análisis de las cosas.

El tema de hoy es prioritario y fundamental pues nos regimos por leyes externas (sociales) o internas (principios); éstos parten de estereotipos y prejuicios influyendo en nuestra percepción y respuesta ante los acontecimientos, formando parte de nuestras motivaciones y conducta. Es imprescindible revisarlos cuestionando los falsos estereotipos y prejuicios cuanto antes. Generalmente habréis observado que insisto mucho, a través de mis artículos, en revisar todos aquellos procesos que realizamos de forma automática. Se debe a la importancia que tienen para conseguir mejores resultados y capacidades, pues ellos conforman el perímetro que nos permite abrir las puertas hacia el mundo de las posibilidades, cuestión que es objetivo principal de Nuevo Management.


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