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Autocrítica y productividad

Carmen Fiestas , 09-09-2016.     Artículo en PDF 

La autocrítica es una cualidad apreciable que nos proporciona autonomía emocional, aumenta nuestra objetividad y nos hace más valiosos como personas tanto en nuestro trabajo individual como en equipo.

 

Las empresas invierten en que sus empleados mejoren su comunicación y aprendan a utilizar adecuadamente uno de los elementos clave de la misma,  como es la crítica constructiva en su entorno de trabajo, sea dirigida a  otros empleados o a la realización de  ciertas acciones, pues ello contribuye a la mejora del sistema y de los resultados, al proceso de aprendizaje, así como al desarrollo personal y profesional. (Véase el artículo publicado en www.nuevomanagement.com : “Cómo hacemos y recibimos la crítica”,  Carmen Fiestas, 10-07-2009).

La autocrítica personal consiste en que uno mismo sea capaz de reconocer los propios errores para obtener un aprendizaje y no volver a incidir en ellos. La autocrítica debe ir asociada a la acción de cambio. También es saber reconocer las propias fortalezas y habilidades.

El ejercicio de la autocrítica, o autoanálisis, ofrece muchos beneficios a uno mismo y a los demás, mejorando la productividad. Entre otros beneficios:

  • Mejora el conocimiento que tenemos de nosotros mismos.

  • Nos hace flexibles mentalmente.

  • Nos ayuda a alcanzar metas de forma realista.

  • Mejora nuestra calidad de vida y la de los demás  al mejorar nuestras relaciones interpersonales.

  • Nos hace menos dependientes de la valoración externa positiva, (que asociamos al reconocimiento como un refuerzo necesario para creernos más valiosos) de forma que obtenemos autonomía emocional. La autonomía emocional es necesaria para ser más objetivo, hacer mejores análisis y tomar mejores decisiones.

  • Aprendemos. Al reconocer un error estamos detectando un área de mejora; es decir, un área de  aprendizaje.

Hoy en día, el mayor valor de la empresa reside en las personas. Si bien, hasta hace poco se ha considerado que los equipos de trabajo eran lo esencial, el nuevo enfoque consiste en que los equipos de trabajo son más productivos cuando el punto de mira está centrado en cada una de las personas que lo componen. Si cada miembro de la empresa es capaz de tener un juicio realista, aprendiendo a desarrollar sus habilidades o capacidades así como aprender de los propios errores, participar en la mejora de las relaciones y aumentar su calidad de vida y la de los demás, podemos afirmar que la empresa obtendrá mayor productividad.

Los profesionales autocríticos son personas que tienen motivación para alcanzar las metas que se propongan. Tienen actitudes proactivas y no caen en el victimismo cuando algo no les sale bien. Miran hacia adelante para construir el futuro desde hoy y no miran al pasado para estar lamentándose en vano. Esta cualidad les permite dirigir mejor a otras personas o equipos de trabajo. Tienen mejor carácter, pues su autocrítica no es para destrozarse, frustrarse o castigarse, sino que es para realizar los cambios que sean necesarios en ellos mismos no necesitando culpar a los demás de todo lo que les pasa.

Cuando vamos conociendo a las personas de nuestro equipo o entorno social, es fácil darnos cuenta de aquellas que siempre “ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Estas personas incluso son capaces de cambiar los hechos pasados adaptándolos  a su comodidad y no reconocen en qué pudieron participar para que las cosas fueran así. Suelen estar también cerrados a que otros les ayuden con su crítica constructiva. ¿Se imaginan un director de marketing que no sea autocrítico?

El pasado no se puede cambiar. Aunque sí cambia la interpretación que tenemos del mismo a medida que nosotros cambiamos. El pasado nos informa de ciertos acontecimientos. Podemos revisar cuál fue nuestra participación en él para comprender y aprender.

Sin embargo, muchas personas consideran la crítica y la autocrítica como una práctica muy negativa.

Suelen ser aquellas personas que no quieren cambiar y, sin embargo, disfrutan criticando destructivamente a otros. Suelen utilizar en su diálogo la palabra “culpa” heredada de su sistema de creencias de origen religioso, relacionan los errores con “la conciencia, el bien y el mal”. Se sienten víctimas y esperan que sean otros los que acudan a ellos o los que reconozcan lo que ellos quieren, pues ellos permanecen estáticos a lo largo del tiempo. El victimismo inmoviliza. Caen en el valle de la excusa del que difícilmente salen. Expresan emociones de asco, de pena, o rabia al recordar los hechos. Suelen mentir, entre otras cosas por su sesgada visión de cómo son las cosas y también para manipular a los demás. Creen que equivocarse es síntoma de fracaso. Son controladoras de lo que otros hacen y generalmente también cotillas, pues su crítica a los demás suele ser despechada, negativa o vengativa. Suelen ser personas con escasa o nula preparación psicosocial, aunque quieran aparentar que no son ignorantes. Son propensas a tener la tensión alta, dolores de cabeza y mal humor.

En conclusión,  la capacidad de autocrítica proporciona  satisfacción y productividad  formando parte de las cualidades que Nuevo Management considera valiosas y acordes con la actual Era de  la información. 

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