Autorresponsabilidad profesional 3 (y
personal)
La autorresponsabilidad es la base del Gran
Cambio hacia la Era de la información, hacia la humanización y el
auténtico bienestar.
La autorresponsabilidad es la base de la
nueva conciencia y las nuevas sociedades de la actual Era de la
información. Como consecuencia del aumento de la
autorresponsabilidad, desde hace bastantes décadas estamos
descentralizando todo tipo de actividad colectiva y haciendo temblar
las estructuras centralizadas, como ya advirtiera Alvin Toffler en
su imprescindible libro “La tercera ola” (1979), aunque también nos
estamos globalizando, en un proceso doble que denominé de
globalización descentralizada en El libro del talento
(2008).
Recientemente hablé con una persona que
se consideraba no convencional, que afirmaba que no estaba de
acuerdo cuando yo decía que las personas que trabajan para otros son
convencionales, a pesar de que yo argumentaba que hacer lo que otros
decidieron en su momento o deciden en la actualidad, es poco humano
por su baja creatividad, aunque es cierto que he conocido
excepciones. Yo mismo a los dos años de trabajo por cuenta ajena, ya
estaba creándome mis propios trabajos que ampliaban la oferta de la
empresa que me empleaba.
Las personas con autorresponsabilidad
vital, construyen un pensamiento propio que deriva en una vida no
convencional que incluye un trabajo creado por uno mismo, aunque
pueda ser en una empresa de otros. La autorresponsabilidad impulsa a
comprender las cosas en profundidad y de esta forma se exploran
posibilidades distintas de las existentes, desde la apertura y
flexibilidad mentales, visión sistémica, aprendizaje continuo,
actitud proactiva, creatividad constructiva, autocontrol, autonomía
e interdependencia que conforman los nuevos valores de la Era de la
información que impulsan los resultados extraordinarios que
caracterizan al talento.
Por el contrario, cuando no
asumimos la autorresponsabilidad, algunas de las consecuencias
individuales son las siguientes:
- En sociedades machistas, como
las existentes, una mujer prefiere el dominio del hombre porque así
no se responsabiliza de su vida. Con esta subordinación y aceptación
de su inferioridad, anula, en parte, sus posibilidades de
crecimiento intelectual y social, así como el respeto de los
demás.
- Mediocridad. Lógicamente si no
utilizamos la creatividad para construir un pensamiento propio que
pueda ser útil para los demás, nos convertimos en mediocres.
- Aumento del egocentrismo.
- Aumento de la dependencia hacia
los demás para que tomen decisiones por nosotros.
- Falta de confianza esencial
para la actividad social y organizacional, pública y privada.
- Un trabajador prefiere trabajar
por cuenta ajena porque así espera instrucciones y adquiere una baja
responsabilidad de su trabajo.
- En un ámbito más global, las
personas prefieren exigir a sus gobernantes que resuelvan sus
problemas a hacerlo ellos mismos, lo que conlleva el aumento de los
privilegios de los dirigentes, la corrupción y la decadencia.
Cuando no asumimos la
autorresponsabilidad, las consecuencias colectivas son las
siguientes:
- Injusticia social originada por
el exceso de egocentrismo, mediocridad y dependencia hacia aquellos
que toman decisiones.
- Otros tomarán decisiones sobre
nuestras vidas y exigirán algo a cambio.
- Como reacción a la falta de
autorresponsabilidad de los dirigidos, los dirigentes deciden
ampliarse constantemente sus privilegios, aumentando la injusticia
social, la corrupción de los gobernantes y la decadencia, como está
pasando en Occidente.
- Visión y decisiones
cortoplacistas de los dirigentes.
- Populismo, es decir, engaño
sistemático de los dirigentes a los dirigidos prometiéndolos
ventajas que no cumplen y tomando decisiones incorrectas que piden
las ignorantes masas sin saber que les perjudican.
- Las personas con
autorresponsabilidad se dirigen a sí mismos, por tanto sus jefes
tienen que informarlos de las cuestiones corporativas, orientarlos y
proporcionarlos los medios que necesiten para crecer
profesionalmente y llevar a cabo sus ideas. Por el contrario, a las
personas poco autorresponsables hay que dirigirlos con el método
tradicional de mando y control.
Desde esta perspectiva, la
democracia es un sistema insostenible y decadente, porque se basa en
la falta de autorresponsabilidad de la mayoría que pide a sus
gobernantes que resuelvan sus problemas, problemas que ellos mismos
crean o mantienen y no quieren asumir la responsabilidad de
resolverlos.
Para complementar este
artículo, puedes acceder a los dos primeros sobre la
autorresponsabilidad, pulsando:
Autorresponsabilidad profesional
Autorresponsabilidad profesional 2 |