Inicio Persona Empresa Sociedad Actividades Noticias Nosotros

Por qué la productividad es muy baja en España

Carmen Fiestas, 30-09-2008.          Artículo en PDF

Mientras la productividad europea aumenta, la española lo hace a mitad de ritmo, estando entre los dos últimos países con menores índices de Europa occidental. ¿Qué creencias sostienen esta situación?

La libertad individual, a la que voy a referirme, es la de nuestro pensamiento, desde donde podemos hacer posible que nuestro comportamiento y aptitudes nos produzcan satisfacción en nuestro camino.

Mientras la productividad europea aumenta, la española lo hace a mitad del ritmo, estando entre los dos últimos países con menores índices de Europa occidental.

Perviven unos factores heredados, culturales y sociales,  que inciden en que  hoy perduren ciertas creencias en las personas en contra de la mayor productividad y rendimiento en el trabajo. En estos tiempos de crisis, ser conscientes de ellos nos puede brindar la oportunidad de producir los cambios necesarios, revisar estas creencias que nos limitan y limitan a las organizaciones.

Los antecedentes que han contribuido de forma reduccionista en la mentalidad española son:

La falta de Reforma Protestante que en otros países sí tuvo lugar, conjuntamente con las revoluciones científicas tecnológicas y socioeconómicas que originaron la Revolución Industrial. La consecuencia de ello es que se ha mantenido una inercia, produciendo cambios a un ritmo más lento que en otros países conservándose los fundamentalismos que las mencionadas revoluciones rechazaron.

Mentalidad heredada cerrada, dogmática, reduccionista, en cierto modo basada, entre otras, en:

- Creer que ahora se trabaja más que nunca, cuando el cómputo de horas/año es menor progresivamente. Según los últimos estudios se trabaja poco más de la mitad que hace un siglo.

- Creer que debe ser la empresa la única que se encargue de la formación continua, no asumiendo cada trabajador la responsabilidad sobre su propio crecimiento intelectual-profesional.

- Creer que más vale lo bueno conocido y no invertir en innovación, con la excusa de que la innovación es inmadura. Creer que los productos y marcas son imperecederos en el paso del tiempo, cuando está demostrado que cada día aparecen más y mejores marcas y productos.

- Creer que la idea de negocio (conceptos, modelo, mercados y producto) tal como fue contextualizada en su origen, puede perdurar en el paso de los años sin revisarla en el entorno actual.

- Estar cerrado al aprendizaje y sostener que la jerarquía tradicional  o burocrática es un sistema eficaz de trabajo. Insistiendo en que las cosas siempre han sido así.

- Creer que los resultados del trabajo solamente se consiguen con esfuerzo, mientras no se revisa el desempeño y eficacia de cada empleado y de si se están desaprovechando recursos humanos, infravalorando los profesionales que tienen un alto potencial. No enfocar las decisiones de forma sistémica, siendo reactivos en lugar de proactivos.

Estas creencias nos muestran la falta de mentalidad crítica,  abierta, flexible, emprendedora y de cambio.

También es algo común entre los españoles la falta de responsabilidad sobre las consecuencias de las propias acciones, o inacciones: soluciones del tipo “pan para hoy y hambre para mañana”. Todavía perdura cierta picaresca y la práctica de la “chapuza” como remedio para atajar los problemas.

Escaso compromiso, la excusa como aliada de la inacción. Escasa motivación producto de una mala gestión del talento y de suficientes espacios para la innovación: el talento se va a otros países donde si es posible.

Hablar de condiciones económicas en España es tabú para el empleado, está mal considerado tratarlas abiertamente al encontrar un empleo.

Los factores sociales que intervienen son:

Una educación nefasta. Tanto por las editoriales que hacen los libros escolares, como por el sistema, las instituciones y el profesorado. Prueba de ello es el índice elevado del fracaso escolar (superior al 40%), en el que somos líderes los españoles. Como ejemplo, en un libro escolar de 2008, para el curso de 1º de bachillerato de un colegio considerado elitista, en la materia de Historia del mundo contemporáneo, se incide en una marcada orientación doctrinaria. A lo largo de todo el libro se culpa de la mayoría de los problemas que ha habido en los dos últimos siglos, al mundo empresarial, economía y sistema financiero, defendiendo la actuación del estado y el parasitismo social y profesional. Sin duda, garantizando el mantenimiento de nuestra baja productividad para las próximas dos o tres décadas.

Otro factor es la falta de desarrollo del sector social privado. Estamos muy atrás con respecto a los demás países en iniciativas e inversiones del sector social privado.

Ahora es el momento para  prepararse y construir nuevos cimientos que posibiliten el progreso de este país. Existen programas de preparación acordes y efectivos a esta realidad.

 


© 2007-actualidad Carmen Fiestas y Javier Marzal - nm@nuevomanagement.com