A
causa de la crisis económica en la que estamos inmersos, las
empresas diseñan planes de acción específicos para afrontarla siendo
una oportunidad para mejorar las cosas. El valor humano cobra
relevancia. Es el momento en que las personas deben aprovechar para ser
conscientes de su valía profesional; queda menos espacio para el
egocentrismo en el ámbito organizacional, por tanto es necesario hacer
aflorar la responsabilidad, profesionalidad y humanidad. La crisis
requiere amplitud de cambios y los cambios requieren diferentes formas
de talento para poderlas llevar a cabo, más allá de las competencias
habituales de los directivos actuales.
Es el momento de dejarse de mamoneos y de dedicarse a trabajar.
Para bien o para mal, el desempeño de cada profesional va a ser más
mirado con lupa que nunca. Todo se va a saber más que antes. La mayoría
de las personas eficientes están hartas de ver el mamoneo de otros a su
alrededor. El mamoneo es improductivo empresarialmente, muy tóxico a
nivel del clima laboral, ya que repercute aumentando la desmotivación y
perjudicando en la salud mental de las personas que lo soportan. El
mantenimiento del mamoneo es el mayor despilfarro que una empresa no se
puede permitir en el marco actual.
De todos es conocido, a través de los distintos medios de
comunicación, el aumento de las cifras que actualmente mueve el
desempleo con tendencia al alza durante el próximo 2009.
Reestructuraciones, planes de jubilación anticipada, expedientes de
regulación de empleo, reducciones de plantilla, pero también el
momento de encontrar propuestas que completen la preparación y formación
adquirida, que sean eficaces para aumentar la productividad, la
creatividad y el cambio cultural que conduce a la transformación y a la
innovación.
Ya hay consenso por parte de los empresarios en afirmar que en la
universidad española, con sus múltiples carreras y titulaciones, la
educación que se ha impartido es insuficiente e inadecuada para una
preparación correcta a nivel profesional. Hay una especie de
“acomodamiento” en el sector académico en su conjunto, el cual se
centra en la erudición en lugar de las competencias profesionales. Por
otro lado los recién licenciados, se conforman con sueldos y puestos de
trabajo por debajo de sus posibilidades, en lugar de progresar en ellos.
Las empresas tampoco suplen la carencia cultural fundamental que
consiste en comprender el talento y el cambio, las bases de las
competencias profesionales. El resultado del sistema educativo y de las
empresas, es una mentalidad poco productiva y una carencia de
emprendeduría e innovación.
Las empresas españolas no son un ejemplo de la inversión en
planes de innovación y, del mismo modo, los talentos emprendedores no
encuentran el espacio adecuado ni el apoyo económico necesario para
poder materializar sus proyectos.
Hay que decir adiós al mamoneo, un mamoneo que ha perdurado ya
muchos años y está incrustado en la mentalidad y conducta de
demasiados españoles, tanto en el ámbito profesional como en el de la
preparación de las personas; podemos eliminarlo mediante una completa
comprensión del cambio y del talento que son los aspectos que engloba
el Nuevo Management.