Como dicen Jeremy Hope y
Robin Fraser, fundadores de
Beyond Budgeting Round
Table (BBRT), los cuales ha publicado su libro “Beyond Budgeting” en
Harvard Business School Press en 2003: “Las empresas que van más allá del proceso presupuestario
desplazan el proceso de decisiones del centro hacia la periferia. En vez
de negociar anticipadamente las metas que los gerentes deben alcanzar,
los recursos que tendrán y sus recompensas por hacer simplemente lo que
se espera de ellos, estas compañías confían a sus gerentes la
responsabilidad de solicitar los recursos que necesitan para aprovechar
las oportunidades que vislumbran. En pocas palabras, lo que determina el
comportamiento son los mercados siempre cambiantes y no un plan
anticuado. Y es derrotar a la competencia lo que trae recompensas”. “…Las
empresas que prescinden de los presupuestos, en cambio, pueden liberar
todo el potencial que brindan las herramientas y los sistemas de
información modernos. La planificación corporativa deja de ser una serie
de agotadoras carreras cortas y se convierte en un diálogo permanente.
El conocimiento fluye de la gente de la primera línea hacia las oficinas
centrales y viceversa, permitiendo que se materialice todo el potencial
de una organización radicalmente descentralizada.”
Al final, considerando esta visión acorde
a la incertidumbre y a un mercado cambiante, complejo y más exigente,
podemos afirmar que, actualmente, sólo los equipos de alto rendimiento,
con una formación y conocimiento propios del sector del negocio van a
ser los que asumen el volumen de mayor riesgo de la organización. Estos
equipos son los trabajadores del futuro, los que tienen un buen
conocimiento de su desempeño y los sistemas, del mercado y una buena
base técnica de cómo hacer su trabajo basándose en la excelencia.
Si tenemos en cuenta que aproximadamente
tan sólo un 20% de las personas son capaces de cumplir el perfil
adecuado y que estos gestionan el mayor volumen de ingresos (y que este
grupo también suele verse limitado por los sistemas y la cultura
empresarial), quiere decirse que el 80% restante está realizando una
gestión mediocre, aplicada sobre un mercado de menor riesgo, gestiones
de resolución más rápida y de menor complejidad que suelen aglutinar el
mayor volumen de clientes. Estas cifras son estimativas, probablemente,
si cada empresa hiciera un análisis más riguroso, la cifra aún sería
menor. Por esta razón, es que cualquier propuesta de nuevo management
que sea acertada no va a ser suficiente si las empresas no se orientan
hacia la preparación de las personas, implicando a todos los niveles de
la organización, y al cambio radical de las viejas culturas corporativas
que se basan en organigramas jerárquicos verticales aproximándoles a
todos ellos a una visión acorde a la realidad actual. Pocos son los
equipos con suficiente visión como para elaborar previsiones acertadas
que incluyan parámetros correctos sobre el valor del desempeño de sus
empleados, sobre la tendencia del comportamiento mercado con respecto al
producto, y del resultado de la gestión que los recursos humanos van a
obtener del mismo. Son tres variables que requieren el manejo de mucha
información, y ésta suele estar también mal implementada por los
sistemas de gestión o por los procesos, y es por eso que la complejidad
y el como afrontarla se convierte en uno de los factores clave.
Todos los parámetros mencionados suponen
cambios radicales en la mentalidad empresarial y social; sin embargo, el
modelo de gestión tradicional entra en conflicto con los factores
críticos de éxito organizacional y funciona en contra de la naturaleza
humana. Con los nuevos sistemas y cultura las personas pueden aportar lo
mejor de sí mismas, algo poco posible en la mayoría de las
organizaciones actuales.