Me parece conveniente incidir en el propósito o proyecto
vital como continuación a mi artículo “La
libertad individual elimina la mayor parte de los problemas
psicológicos”
( www.NuevoManagement.com, 4-9-2008) en estos momentos en los que
España atraviesa una crisis profunda y sostenida no sólo de su
sistema económico, sino también social, por la primacía de los
intereses propios -valores egocéntricos-, principalmente de
quienes forman parte de una administración corrupta del bien
público. En consecuencia, muchas personas están siendo afectadas
en muchas áreas de sus vidas - por ejemplo, en la profesional con
el crecimiento de desempleo, en la privada con la reunificación de
los miembros de familias para hacer frente a una economía
precaria, en otras familias es al contrario, se desagrupan ya que
alguno de sus miembros emigra a otro país con mejores expectativas
de empleo -. Por ello, entre otros aspectos, están siendo
afectados sus propósitos o proyectos vitales que construyeron en
el pasado.
Estos proyectos vitales no alcanzados, o por lo menos,
obstaculizados, causan frustración en algunas personas,
desorientación en otras que no ven posible la consecución de unas
metas forjadas con antecedentes distintos a los actuales. Sin
embargo, otro enfoque mucho más alentador, es considerar este
momento como el oportuno para revisar o construir otras metas y
proyectos nuevos, entrando en el mundo de las posibilidades.
El propósito vital, es algo más vasto y amplio que el proyecto
vital, el primero se refiere al sentido de nuestra vida, para qué
has nacido, una cuestión para muchos sin respuesta; el segundo el
modo o estilo de vida que decides tener en las distintas etapas de
tu vida y que debería estar alineado con tu propósito.
Un proyecto vital debemos contemplarlo como algo flexible, como la
veleta que marca el sentido del viento, el camino a seguir más que
como el final de un camino, y que como todos los caminos, a veces,
tienen desviaciones, curvas y tropezones. Pero la importancia del
mismo, radica en los pasos que damos, con paso firme y disfrutando
del “paseo”.
La elaboración de un buen proyecto vital
requiere de varias fases, que voy a resumir en cuatro básicas:
Antes de comenzar a elaborarlo, recomiendo estar en calma y en un
estado relajado, abiertos a nuestras motivaciones.
En primer lugar,
comenzaremos con la
visualización de lo que queremos y para ello, hemos de ir
directamente a la visualización de lo que estaremos haciendo un
día corriente en un plazo 5 años, por ejemplo. Disfruta de tu
imaginación para ello, procurando no ser un iluso. Este primer
paso es recomendable realizarlo varias veces, en diferentes días.
Intenta contestarte a preguntas de este tipo y anota las
respuestas: ¿Qué me encanta hacer? ¿Qué hago francamente bien?
¿Qué me gustaría aprender? ¿Dónde me gustaría vivir, cómo, con
quién? ¿Qué me resulta fácil hacer? ¿Qué haría altruistamente o
gratuitamente? ¿Quiero hacer algo para los demás? ¿A qué me
dedicaría si supiera que me iría bien? ¿Qué me gusta hacer fuera
de mi actividad profesional?
En segundo lugar,
tomaremos consciencia de aquello que necesitaremos aprender o
incorporar en nuestra vida para estar preparados y poder hacer lo
que queremos.
En tercer lugar,
tal vez la fase más difícil para muchos, describiremos con detalle
aquellas cosas o aspectos que deberemos cambiar, o desprendernos
de ellos, o desechar ya que no nos serán útiles ni necesarios, o
porque son un obstáculo que debemos franquear.
En cuarto lugar,
detallaremos con qué podemos contar en el momento en que
necesitamos reponer nuestras energías, así como con las personas
de mayor confianza, esas personas que pueden aclarar nuestras
dudas, orientarnos en un momento dado o ayudarnos a seguir
motivados; es decir, nuestras palancas más personales.
Como todas las fases, se trata de ser creativo, de ser atrevido
pero consciente, de sentir que podemos ejercer nuestro libre
albedrío, y no el de otros, para obtener nuestra libertad
individual. Puedes ser creativo y plasmar con recortes de
fotografías de revistas pegándolas en una cartulina, o en una
libreta, cada una de las cosas que has visualizado, separando las
distintas fases de tu proyecto. Esto te ayudará a que lo puedas
revisar y completar a tu ritmo y a materializarlo, para que esas
imágenes ya sean algo palpable y no algo imaginado.
Cuando lo hayas completado, regresa progresivamente al presente.
Mira de concretar que
habrás de tener realizado
el año anterior a tu proyecto, luego dos años antes, luego tres
años antes y así sucesivamente hasta llegar al día de hoy.
Aprovecha esta oportunidad que nos brinda este país, para que no
te limiten ni sus fronteras ni su corrupción y comienza a hacer
algo para ti y por ti.
Te invito a que pongas en práctica este sencillo trabajo personal,
o profesional; seguramente descubrirás muchas cosas de tí mismo
que ahora ignoras que son de gran valor y deben estar en tu
consciente.