Existe una gran diversidad de
equipos de trabajo según las aplicaciones o misiones que tengan
cada uno, en base a ello, sus características de preparación
técnica, funcional, procesal, etc., serán específicos para el
desempeño del equipo concreto.
Los equipos que trabajan de cara al
público o con personas ajenas al grupo son lo que hoy quisiera
distinguir, porque hacen muy evidentes la importancia de la
actitud de sus miembros, aparte de esos otros aspectos que antes
he mencionado que identifican la diversidad de equipos de trabajo
posibles, ya que la actitud de cada miembro interviene de forma
directa en los resultados globales y les califica a todos en
conjunto.
Como sabemos, cada persona del
equipo puede tener encomendadas funciones diferentes al resto de
miembros. En el caso de los equipos que trabajan
de cara al público si debe ser común a todos ellos la
actitud.
La actitud con la que
tratar a sus clientes debe ser un acto de preparación, no sólo de
vocación. Pensemos en los equipos que trabajan en un
hospital, en la unidad de Urgencias de cualquier hospital que
conozcamos. Todos los que trabajan en dicha unidad han sido
preparados para seguir los protocolos o procesos sistematizados
para cada caso que atienden. Algunos de esos casos requieren una
atención de cirugía inmediata, otros de estabilización de su
funcionamiento orgánico, otros pueden requerir la atención de un
asunto puramente traumático, etc., generalmente hemos de pensar
que estamos en buenas manos, en unas manos que van a actuar con
prontitud e inmediatez para resolver lo que nos esté ocurriendo,
lógicamente por eso acudimos a las Urgencias del hospital.
También, por lógica o por
evidencia, alguien que acude a Urgencias de un hospital es porque
no se siente bien, independientemente de la mayor o menor gravedad
de lo que le suceda, de si es joven o anciano, de si es nacional o
extranjero, de su género y rol social, la persona en esa situación
se siente vulnerable, tiene molestias e incertidumbre ante lo que
le pasa. Cuando el cliente acude a estos centros puede ir
acompañado de familiares o personas que miran por su cuidado. La
situación hace que las personas puedan tener reacciones
emocionales diversas provocadas por su malestar (si están
conscientes) en el caso del cliente y también de los acompañantes.
Lógicamente, esperamos que las personas que atienden estos casos
tengan la suficiente empatía, sea vocacional o sea aprendida, para
tratarlos. Y si no la empatía, al menos la actitud necesaria para
“estar al servicio de”, en este caso, los “clientes” que acuden a
la Urgencia como recurso. Digo clientes, no digo “enfermos”,
porque antes que enfermos son clientes y sobre la enfermedad o lo
que ello significa necesitaría emplear más de un artículo para
distinguir este calificativo tan impreciso y generalizado que
utiliza nuestro sistema de atención sanitaria, por ende, también
utilizado por los usuarios de la misma inconvenientemente.
Sería también lógico pensar que,
literalmente, es vital que estos equipos de trabajo sepan tratar
con personas vulnerables, incapacitadas, que sufren, que necesitan
y dependen en ese momento de su atención y que lo van a hacer con
buena actitud.
En estos centros que actúan las 24
horas, suelen haber dos o tres turnos de trabajo al día lo que
requiere del traspaso eficiente de información sobre la situación
en que cada cliente se encuentra. Fuera del equipo médico, los
enfermeros son quienes ejecutan las directrices marcadas por los
médicos y quienes más tiempo están en contacto, atención y cuidado
del cliente, son más visibles y a través de ellos podemos observar
la eficiencia o carencia de la misma del hospital.
Los equipos que trabajan de forma
directa con el cliente son la ventana de la empresa por donde
podemos ver su funcionamiento y estructura. Son estos empleados
los que nos dan toda la información mediante su trato y actuación
para con nosotros, los clientes, el mercado. La actitud de cada
miembro del equipo es clave para obtener resultados, es clave para
alcanzar la eficiencia de la empresa.
En general, la atención
personalizada es lo que el mercado exige. Hágase algunas
preguntas: ¿Se siente más cómodo tratando con una locución
automática que con una personal? ¿Se siente satisfecho cuando
contacta con una empresa que no atiende su petición en la forma y
tiempo aceptable? ¿Cómo se siente cuando diversos empleados de una
empresa tratan de atenderle y ninguno de ellos le ofrece
soluciones aceptables? ¿Cómo se siente cuando le atiende un
empleado malhumorado o que le dice que lo que Ud. le pide no
depende él pero tampoco puede facilitarle acceso al responsable de
quién si depende? ¿Y cuando no puede reclamar porque no hay nadie
que pueda resolver el asunto hasta dentro de varios días, sin que
importe cuánto puede afectarle a Ud. esa demora y cómo puede
repercutirle?
Imagínese que está en la unidad de
Urgencias de un hospital y el enfermero de turno viene a
inyectarle un tratamiento distinto al que le ha recetado el
médico, pero es viernes, el médico ya se ha marchado y éste no
regresa hasta el lunes. Este enfermero lo comunica, y viene otro
de su equipo a verificar lo que Ud. dice. El médico de guardia
decide no aplicarle el tratamiento y mantenerle con sueros
fisiológicos observando, eso sí, que Ud. no empeore. Cuando llega
el siguiente turno de enfermeros, se vuelve a repetir la
situación. Ud. vuelve a reclamar y le ofrecen la misma solución… y
así durante 3 turnos diarios durante cada día. Cuando se repite el
turno del primer día, aparece el enfermero al que Ud. ya informó,
pero éste vuelve a repetir la situación e insiste en inyectarle el
tratamiento distinto, esta vez el enfermero le responde serio y
enfadado y le repite que la orden que tiene escrita no es la que
Ud. dice, y envía a otro enfermero para cerciorarse de si lo que
Ud. dice es correcto ¡otra vez! hasta que llega el lunes y regresa
su médico. La actitud del enfermero pudo no ser correcta por
diversas causas, pero son ajenas a Ud. y, por lo tanto,
improcedente, hasta el punto de que sea de quien sea la
responsabilidad del error cometido, probablemente ya no se sienta
Ud. seguro en el hospital e incómodo cada vez que ha tenido que
solicitar la atención del enfermero para cualquier cuestión que
pudiera necesitar.
Con la situación de crisis en
España, los recortes presupuestarios en las empresas pueden
afectar en la disminución de los recursos tanto humanos como
materiales, seguramente ello influye en la modificación o
reestructuración de ciertas condiciones de trabajo y otros cambios
añadidos que repercuten en los empleados.
La situación personal del empleado,
las creencias y opiniones que tenga respecto a sí mismo, a los
demás y al mundo en general, las experiencias que conforman su
visión de cómo son las cosas, sus conocimientos respecto al ser
humano, la visión que se haya generado acerca de sí mismo, de su
valía y talla personal así como del lugar que ocupa en su entorno,
su formación específica y general, si su formación es continua y
actualizada a los cambios globales de la sociedad de la Era de la
información, todo ello y otros aspectos influyen en la actitud que
una persona pueda tener a la hora de realizar su trabajo.
Es, por ello, imprescindible que
las empresas se ocupen de revisar la postura de cada persona
componente del equipo y evaluar en qué punto se encuentra cada uno
de ellos en los aspectos antes citados para verificar actitudes
acordes con la función que va a desempeñar, cerciorándose de que
todos sus clientes puedan tener la seguridad de que ciertamente
están en buenas manos.
El conocimiento del ser humano y de
uno mismo, en un amplio espectro, es imprescindible y debería
formar parte en la preparación de todos aquellos profesionales que
se interrelacionen o formen parte de equipos de trabajo,
particularmente aquellos que ofrecen servicio y atención al
público.
Nuevo Management
promueve y participa activamente en la construcción de las
personas, empresa y sociedad de forma sistémica, en las actitudes
como clave de la eficiencia, en estudiar, investigar y divulgar el
conocimiento científico actual sobre el ser humano, siendo una
herramienta útil en esta transición hacia la Era de la
información.