La forma en que nos tomamos las cosas que suceden redunda no solo en la imagen que los demás tendrán de nosotros sino también revierte de forma directa en los resultados. En el mundo empresarial es interesante revisar que actitudes son las que manifiestan sus líderes y sus empleados  en el día a día, ya que ello redunda directamente en la productividad.

Algunas actitudes inadecuadas, entre otras, en los mandos y que por ello debieran no ser aptos para esta función son:

1. Tomar las cosas con extrema exactitud sin aplicar convenientemente la flexibilidad.

2. Mostrarse emocionalmente explosivo o colérico, o todo lo contrario, frío y opaco. Es decir, generadores de discordia con sus subordinados o utilizar a los demás para sus propios fines.

3. El descontrol emocional también conlleva a decir cosas de las que luego se arrepienten, generalmente porque no saben cómo abordar las contrariedades, lo que les hace actuar impulsivamente, sin pensar. No saber gestionar el disgusto y explotar con sus subordinados. Ser reactivos en lugar de proactivos.

4. Personas intratables, impacientes, de difícil carácter que no pretenden ganar el afecto de los demás y les da igual cómo lo tomen sus subordinados.

5. Generalizar de forma que si un empleado comete un error es condenado por ello, o si tiene un acierto cree que es bueno en todo. Es decir, su juicio es errático.

6. Personas que no delegan.

7. Actuar coercitivamente como forma de relación con sus empleados. Es decir, solamente castigando o sancionando o también chantajeando al empleado para que éste trabaje al máximo rendimiento.

8. Inadecuada formación psicosocial.

9. Mirar únicamente por los propios intereses y no por los de la empresa y su equipo.

10. Carecer de autorresponsabilidad y exigirla a los demás. Despreocupación por el bien común.

11. Carecer de anticipación a las cosas, incapacidad de previsión.

12. Escasa energía y voluntad, poca iniciativa o incapacidad para tomar nuevos caminos o poner en marcha nuevos sistemas.

La agresividad en la sociedad impulsa a este tipo de comportamientos, así como el deseo de poder, el menosprecio hacia los demás, el autoritarismo, por ello son comportamientos indeseables pero comprensibles en personas jóvenes que todavía no han trabajado lo suficiente en su mejora personal. Sin embargo, estos comportamientos en personas de mediana edad o mayores, demuestran que no han tenido ni tienen un interés suficiente por su mejora personal, haciendo que su productividad como directivos esté limitada por las consecuencias de estas características.

El cambio de actitudes forma parte del Nuevo Management  y de las exigencias de  la actual Era de la información.