Las empresas invierten en que sus empleados mejoren su 
			  comunicación y aprendan a utilizar adecuadamente uno de los 
			  elementos clave de la misma,  como 
			  es la crítica constructiva en su entorno de trabajo, sea dirigida 
			  a  otros empleados o a 
			  la realización de  ciertas 
			  acciones, pues ello contribuye a la mejora del sistema y de los 
			  resultados, al proceso de aprendizaje, así como al desarrollo 
			  personal y profesional. (Véase 
			  el artículo publicado en 
			  www.nuevomanagement.com : “Cómo hacemos y recibimos la 
			  crítica”,  Carmen Fiestas, 
			  10-07-2009).
			  
			  La autocrítica personal consiste en que uno mismo sea capaz 
			  de reconocer los propios errores para obtener un aprendizaje y no 
			  volver a incidir en ellos. La autocrítica debe ir asociada a la 
			  acción de cambio. También es saber reconocer las propias 
			  fortalezas y habilidades.
			  
			  El ejercicio de la autocrítica, o autoanálisis, ofrece 
			  muchos beneficios a uno mismo y a los demás, mejorando la 
			  productividad. Entre otros beneficios:
			  
				  - 
				  
				  Mejora el conocimiento que tenemos de nosotros mismos.
				   
				  - 
				  
				  Nos hace flexibles mentalmente.
				   
				  - 
				  
				  Nos ayuda a alcanzar metas de forma realista.
				   
				  - 
				  
				  Mejora nuestra calidad de vida y la de los demás
				   al mejorar nuestras 
				  relaciones interpersonales.
				   
				  - 
				  
				  Nos hace menos dependientes de la valoración externa 
				  positiva, (que asociamos al reconocimiento como un refuerzo 
				  necesario para creernos más valiosos) de forma que obtenemos 
				  autonomía emocional. La autonomía emocional es necesaria para 
				  ser más objetivo, hacer mejores análisis y tomar mejores 
				  decisiones.
				   
				  - 
				  
				  Aprendemos. Al reconocer un error estamos detectando un 
				  área de mejora; es decir, un área de 
				  aprendizaje.
				   
			  
			  
			  Hoy en día, el mayor valor de la empresa reside en las 
			  personas. Si bien, hasta hace poco se ha considerado que los 
			  equipos de trabajo eran lo esencial, el nuevo enfoque consiste en 
			  que los equipos de trabajo son más productivos cuando el punto de 
			  mira está centrado en cada una de las personas que lo componen. Si 
			  cada miembro de la empresa es capaz de tener un juicio realista, 
			  aprendiendo a desarrollar sus habilidades o capacidades así como 
			  aprender de los propios errores, participar en la mejora de las 
			  relaciones y aumentar su calidad de vida y la de los demás, 
			  podemos afirmar que la empresa obtendrá mayor productividad.
			  
			  Los profesionales autocríticos son personas que tienen 
			  motivación para alcanzar las metas que se propongan. Tienen 
			  actitudes proactivas y no caen en el victimismo cuando algo no les 
			  sale bien. Miran hacia adelante para construir el futuro desde hoy 
			  y no miran al pasado para estar lamentándose en vano. Esta 
			  cualidad les permite dirigir mejor a otras personas o equipos de 
			  trabajo. Tienen mejor carácter, pues su autocrítica no es para 
			  destrozarse, frustrarse o castigarse, sino que es para realizar 
			  los cambios que sean necesarios en ellos mismos no necesitando 
			  culpar a los demás de todo lo que les pasa.
			  
			  Cuando vamos conociendo a las personas de nuestro equipo o 
			  entorno social, es fácil darnos cuenta de aquellas que siempre 
			  “ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Estas 
			  personas incluso son capaces de cambiar los hechos pasados 
			  adaptándolos  a su 
			  comodidad y no reconocen en qué pudieron participar para que las 
			  cosas fueran así. Suelen estar también cerrados a que otros les 
			  ayuden con su crítica constructiva. ¿Se imaginan un director de 
			  marketing que no sea autocrítico?
			  
			  El pasado no se puede cambiar. Aunque sí cambia la 
			  interpretación que tenemos del mismo a medida que nosotros 
			  cambiamos. El pasado nos informa de ciertos acontecimientos. 
			  Podemos revisar cuál fue nuestra participación en él para 
			  comprender y aprender.
			  
			  Sin embargo, muchas personas consideran la crítica y la 
			  autocrítica como una práctica muy negativa.
			  
			  Suelen ser aquellas personas que no quieren cambiar y, sin 
			  embargo, disfrutan criticando destructivamente a otros. Suelen 
			  utilizar en su diálogo la palabra “culpa” heredada de su sistema 
			  de creencias de origen religioso, relacionan los errores con “la 
			  conciencia, el bien y el mal”. Se sienten víctimas y esperan que 
			  sean otros los que acudan a ellos o los que reconozcan lo que 
			  ellos quieren, pues ellos permanecen estáticos a lo largo del 
			  tiempo. El victimismo inmoviliza. Caen en el valle de la excusa 
			  del que difícilmente salen. Expresan emociones de asco, de pena, o 
			  rabia al recordar los hechos. Suelen mentir, entre otras cosas por 
			  su sesgada visión de cómo son las cosas y también para manipular a 
			  los demás. Creen que equivocarse es síntoma de fracaso. Son 
			  controladoras de lo que otros hacen y generalmente también 
			  cotillas, pues su crítica a los demás suele ser despechada, 
			  negativa o vengativa. Suelen ser personas con escasa o nula 
			  preparación psicosocial, aunque quieran aparentar que no son 
			  ignorantes. Son propensas a tener la tensión alta, dolores de 
			  cabeza y mal humor.
			  
			  En conclusión,  
			  la capacidad de autocrítica proporciona 
			  satisfacción y productividad 
			   formando parte de las cualidades que 
			  
			  
			  Nuevo Management considera valiosas y acordes con la actual Era de 
			  la información.