En el futuro dicen los innovadores
tecnológicos que no harán falta las palabras porque nos podremos
comunicar telepáticamente y,
al escucharlo, no he podido menos que apenarme.
La palabra, y también el silencio,
están dotados de algo más que de significado semántico o de una
pausa entre mensajes. La palabra está impregnada muchas veces de
emoción, de la entonación que la puede hacer tan característica de
cada individuo y que la hace personal. Incluso, según quien la
escuche, puede tocar distintos sentimientos en cada uno.
La palabra, muchas veces leída.
Muchas veces memorizada, cuando estudiamos, cuando queremos grabar
en la memoria como si fuera a fuego, algunos textos que perduran
en nuestra memoria a lo largo de toda nuestra vida.
La palabra que algunos podemos teclear al son que viajan
nuestros pensamientos a través de nuestros dedos. Con el lenguaje
podemos ser muy precisos eligiendo la palabra adecuada,
y también imprecisos si queremos, y me pregunto si
telepáticamente podremos captar toda la gama de tonalidades
posibles.
Tal vez, telepáticamente y, según
dicen, con mayor rapidez, nuestro cerebro será capaz de captar
todos estos matices, en pocos segundos podremos recibir la
información que ahora tardamos muchos minutos.
Visto desde el punto de vista del
aprendizaje, resultaran muchas horas de estudio ahorradas, pero
desde el punto de vista de la comunicación interpersonal tengo la
duda de si sabremos apreciar el “alma” del otro con la telepatía.
Si será satisfactorio
como el disfrute que ocasiona poder visualizar e imaginar, sentir
mientras el mensaje nos transforma a nuestro ritmo.
Dicen los científicos que llegará
la deshumanización en ese sentido y que tendremos un cerebro
exterior, tecnológico, que ampliará la capacidad del cerebro
complementándolo.
Todo esto ya está en camino, pero
si sobrevivo para vivirlo, sentiré nostalgia de esta época en la
que la lectura de un libro puede cambiar tus esquemas mentales, o
trasladarte a un espacio de intimidad, o recrear una aventura, y
estar como espectador dentro de una historia. Echaré de menos
algunas conversaciones habladas. La ventaja es que no dejaré de
tener ese recuerdo en mi memoria para revivirlas, aunque según
dicen los científicos, podremos volcar nuestra memoria en la nube.
Es lo que tiene el abrirse al
mundo de las posibilidades, que éstas son oportunidades de
cambiarnos profundamente en muchos casos y, poco a poco, lo que
hoy me parece tal como lo acabo de describir, en el futuro
posiblemente ya no piense igual que hoy.
La palabra oída, hablada o escrita
es poderosa. La palabra informa.
Conversaciones de wasap, breves y
escuetas nos contactan con otros, nos ahorran conversaciones, pero
a veces son contactos banales, conversaciones vacías… yo no quiero
tener telepatía con cualquier persona. No quiero que me llegue de
forma directa a mi cerebro lo que otro quiera enviarme. Me niego.
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los cambios en la sociedad, las organizaciones y las personas,
construyendo un futuro acorde a la actual Era, también llamada del
conocimiento. Reconceptualizando, revisando y cambiando la inercia
para alinear los intereses de las personas, las empresas y la
sociedad; centrándonos en las personas para que
puedan crear,
consultar, utilizar la información y el conocimiento, que
Nuevo Management
considera
fundamentales, valiosos y acordes con la actual Era de
la información para el progreso de la humanidad.