Las estructuras y las prácticas han cambiado tanto por su
ineficacia, que ahora podemos decir que las personas actúan con
una gran desorientación que, en muchos casos, aún llevan a una
mayor decadencia por resistirse al cambio.
Después de haber pasado algunos años de “secuestro”, vemos que
lejos de avanzar y progresar ha habido un retroceso que nos ha
llevado al “punto de no retorno” como bien dicen los expertos.
Algunos gobiernos han querido aprovechar esta situación para
aumentar su poder y llevarnos, como si de un rebaño de borregos
engañados se tratase, hacia horizontes indeseables. Hemos visto
que la influencia de la guerra entre dos países europeos ha
sobrecargado a la población de mayores esfuerzos económicos,
apenas al poco tiempo de superar el problema que ocasionó la
respuesta política a la pandemia en el mundo empresarial.
Cualquier otro acontecimiento es aprovechado para darnos un
apretón de tuerca más, donde más nos duele: alimentación, gas o
gasoil, electricidad, por ejemplo. Pero no solamente a los
ciudadanos, sino también a las empresas que acaban emigrando a
otros países menos abusivos que el español, véase el caso de la
empresa Ferrovial. Todavía hay partidos políticos que tienen
interés en hacer creer a la gente que está siendo explotada por
empresarios y no por esa clase política, engañando con descaro,
porque así siempre hay grupos de ignorantes que van a apoyarles.
No hay que perder de vista la realidad, que los discursos
electorales son solamente para ganar votos y no para ayudar al
país.
Muchos bancos se están viniendo abajo y otros ya han desaparecido.
Hay muchos indicadores que nos desvelan que lo que hasta ahora ha
servido, ya hay que sustituirlo, pero con urgencia. No esperemos a
la hecatombe que llegará si no hacemos más.
Lo primero, aumentar y apoyar en todo lo posible a los que luchan
contra la corrupción, pues muchas de las medidas abusivas de los
gobiernos se dan porque no cumplen la ley. Lo segundo, quitar el
poder de los delincuentes – además de condenarles- que están
administrando el país y facilitar que las empresas y el sector
social (asociaciones) intervengan en decisiones importantes.
Tercero, y conste que se puede aplicar la propiedad conmutativa en
el orden, favorecer la emprendeduría y no perjudicar al sector
empresarial. Obligado también es que cualquier persona aprenda y
sea más participativa en los cambios, en la medida que pueda. La
lucha por la hegemonía de los países a nivel mundial, empuja a
“jugar sucio” con tal de ganar. Ya no se hacen referéndums para
consultarnos en cuestiones de importancia vital, una vez han
ganado las elecciones y están gobernando hacen lo que ellos
quieren. Insisto en la necesidad “abrir los ojos”.
Tenemos la gran suerte de que los anteriores habituales medios de
comunicación, están perdiendo share y en cambio, grandes
profesionales y expertos nos hablan en vídeos de YouTube: Véase
Juan Ramón Rallo o Daniel
Lacalle, ambos imprescindibles, para entender lo que ocurre en
la economía actual, por ejemplo. Porque ahora podemos disponer de
infinidad de canales de información tanto en internet como en la
televisión.
Hace años que escribimos refiriéndonos al cambio, al enfoque en
las personas y las empresas y ahora todo lo dicho es lo válido en
el mundo actual. Porque, si algo no vale, hay que cambiarlo.
¿Están de acuerdo?
Nuevo Management
contribuye a producir los cambios en la sociedad, las
organizaciones y las personas, construyendo un futuro acorde a la
actual Era, también llamada del conocimiento. Reconceptualizando,
revisando y cambiando la inercia para alinear los intereses de las
personas, las empresas y la sociedad; centrándonos en las personas
para que puedan crear,
consultar, utilizar la información y el conocimiento, que
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considera fundamentales, valiosos y acordes con la actual Era de
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