Paradigma
sistémico
www.Javier Marzal.com,
1-02-2008.
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El
paradigma sistémico de la Era de la información –tercero de la
historia-, sustituye al paradigma industrial que tenía una visión
cartesiana y mecanicista del mundo. Es el cambio de paradigmas
simplistas a la complejidad, de un mundo estático a uno dinámico.
Para
aquellos que les guste la simbología histórica, 1968 puede
considerarse como el año en el que cambia el pensamiento occidental,
por dos hechos relacionados: el mayo parisino de la contracultura
–rechazo de las ideologías anteriores y de una única forma de vida-
y, desde la biología, la Teoría General de Sistemas (TGS, 1950-1968).
Ambos
desembocan en una cosmovisión sistémica y holística, que
recontextualiza las anteriores creencias, eliminando las limitaciones de
índole cultural, científica o social; primero dogmatismos filosófico-religiosos
y después, cientifismo e idealismos humanistas y sociales.
Los
sistemas abiertos tienen finalidad en sí mismos y están
interrelacionados con el resto de los sistemas de su entorno, de forma
que un cambio en un sistema produce una cadena de cambios a través de
sus relaciones directas e indirectamente a través de los sistemas fuera
de su entorno: “el aleteo de una mariposa en China puede producir un
tornado en el Caribe”.
Con
la visión sistémica, aparece la filosofía y ciencia sistémicas, que
eliminan algunos mitos inhumanos, especialmente todos los derivados de
la creencia en la existencia de la perfección: las verdades absolutas,
Dios, orden cósmico, pareja ideal o “media naranja”, el fundamento
de las ideologías clásicas y consecuencias como la centralización,
jerarquías, gobiernos, etcétera.
Los
valores sistémicos y contraculturales de la Era de la Información son
la diversidad cultural –pensamientos y estilos de vida diferentes- y
la pluralidad social –alternativas o descentralización-.
La
dificultad de contextualizar hace que puedan plantearse diferentes
alternativas para resolver un reto, probablemente siendo imposible de
saber en ese momento cuál es el mejor camino, es decir, desaparecen las
respuestas únicas ya que la complejidad de una realidad sistémica hace
que, casi siempre, los escenarios previstos no se cumplan en su
totalidad, cambios en otros sistemas pueden alterar la circunstancia.
Esta
situación hace que la observación del progreso del entorno, denominada
retroalimentación o feedback, tenga una gran relevancia para adaptar
los escenarios previstos y las decisiones tomadas, dando lugar a un
proceso continuo.
Desde
una visión sistémica de la actualidad y del futuro, tanto del ser
humano como de la sociedad, del ámbito de relación–interior o
exterior (privado, profesional o social)- como del asunto concreto
tratado (contextualización), estaremos en disposición de
utilizar el pensamiento sistémico para tomar una decisión
adecuada con la suficiente flexibilidad para cambiarla a medida que
transcurre el tiempo y estas decisiones se hayan convertido en
acontecimientos y hechos sobre los que podemos, mediante la
retroalimentación, actualizar nuestra visión, pensamiento y modificar
o ampliar nuestras decisiones. En definitiva, estamos en un entorno de
toma de decisiones continua.
Esta
visión sistémica es de aplicación a todos los ámbitos de la
humanidad: cultura, ciencia, tecnología, organización social,
empresas, etcétera.
Algunos
pensadores sistémicos con incidencia en el mundo empresarial son:
·
En 1979 Michael E. Porter publica su famoso de las cinco
fuerzas competitivas: nuevos competidores, productos sustitutivos, poder
de negociación de los clientes, poder de negociación de los
proveedores y los competidores; sin duda una visión sistémica de las
amenazas u oportunidades de las empresas.
·
En esta línea, Alvin Toffler, probablemente el principal
futurista del siglo XX, describe un proceso de descentralización
mundial en su famosa obra “La tercera ola” de 1980.
·
En 1983 Howard Gartner publica sus “Inteligencias múltiples”
destacando que son capacidades que se aprenden y señalando siete de
ellas que sus discípulos fueron ampliando. Para muchas personas y
organizaciones, la inteligencia ha dejado de ser objeto de estudio,
sustituida por las habilidades, capacidades y competencias. Realmente el
concepto de inteligencia es antisistémico
·
El libro de “La quinta disciplina” (1990) de Peter
Senge trata sobre el pensamiento sistémico.
Las
reglas sistémicas, las asociaciones internacionales y las grandes
multinacionales -apoyadas por el sistema financiero internacional- están
siendo los principales agentes del cambio en la transición desde la Era
industrial a la descentralizada Era de la información, siendo la
resistencia al cambio de la centralizada sociedad de masas el mayor
impedimento.
Por
la experiencia en un cambio de paradigma, éste tardará varias décadas
hasta impregnar la cultura y la organización social.
El
trabajo en equipo implica unas competencias desconocidas hasta ahora
como el autoliderazgo y autogestión mental desde la autoconciencia, así
como habilidades sociales; las dos bases del actual enfoque de la
preparación directiva.
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