¿Sirve la intuición para
tomar decisiones?
Probablemente como consecuencia del interés despertado por las emociones
a partir de 1996, durante los últimos años algunos autores están
proponiendo utilizar la intuición para tomar decisiones empresariales.
Pero ¿qué es la intuición?
Una gran parte de las definiciones de la comunidad científica sobre la
intuición coinciden en afirmar que son procesos subconscientes de los
que sólo somos conscientes del resultado o conclusión. En algunos casos
son fruto de percepciones subconscientes.
Se han realizado numerosos estudios relacionados con la intuición y la
denominada percepción extrasensorial, incluso varios por la comunidad
científica; sin embargo, creo que no eran suficientemente objetivos,
unos por orientarse a demostrar que no existen y otros por lo contrario,
han partido de prejuicios condicionando los métodos utilizados. Sí se ha
demostrado que la astrología no funciona. Incluso hay varias
instituciones estadounidenses que ofrecen un premio de hasta un millón
de dólares a quien demuestre su percepción extrasensorial, sometiéndose
a unas pruebas determinadas.
Se llama psíquico (popularmente perceptivo) a las personas que perciben
información sin utilizar los sentidos tradicionales. Esta percepción
extrasensorial, suele centrarse en sucesos que acontecen en otros
lugares o momentos, aspectos sobre otras personas y comunicaciones con
otros, incluso muertos. La parapsicología trata estos asuntos que han
sido rechazados por la comunidad científica.
Algunas personas que creen en la intuición (denominado popularmente
sexto sentido), sostienen que es más fiable que las decisiones
conscientes porque éstas pueden estar basadas en información falsa o en
interpretaciones lógicas incorrectas, a veces debido a los propios
prejuicios. Sin embargo, otras personas intuitivas sostienen lo
contrario, porque no siempre aciertan con sus intuiciones, a menudo
porque son sensaciones difusas que no saben concretar. Tal vez dependa
del ámbito de aplicación.
Suele relacionarse la intuición con impulsos emocionales y espirituales,
también es habitual hablar de la intuición femenina. A veces se confunde
con la empatía, con la capacidad de comprender emocionalmente a otras
personas. Otras veces se dice que es una capacidad de relacionar
información con experiencias pasadas de una forma inconsciente e
irracional, pero ambas, probablemente, no sean del todo ciertas, al
menos en algunos casos.
Es habitual que las personas intuitivas especialicen su percepción
inconsciente en los aspectos que consideran más relevantes; por ejemplo,
un ligón en la receptividad sexual de los demás, otros en captar quién
es “bueno” o “malo”, bien o mal educado, el éxito o fracaso económico o
profesional, etc.
Suele confundirse la intuición con la falta de conocimiento y práctica
para sistematizar el proceso de toma de decisiones, tanto en la elección
y búsqueda de información, como de alternativas, hasta llegar a la
decisión. Esta falta de práctica y, tal vez, una visión mágica de las
cosas, pueden hacer que las personas sean poco conscientes de los
argumentos utilizados para la toma de decisión, incluyendo crear una
sensación sobre algo.
Es habitual que los emprendedores empresariales que han alcanzado
reconocimiento suelan decir que la mayoría de sus decisiones han sido
basadas en la intuición porque desconocían y, por tanto, no utilizaron
las herramientas y técnicas empresariales habituales, como la
realización de estudios de mercado estructurados. Sin embargo, los
hechos demuestran lo contrario, porque sí disponían de la información
correcta sobre su mercado y para tomar las decisiones adecuadas. Incluso
se asocia la intuición con la creatividad. Recientemente ha aparecido un
publicitado libro empresarial sobre la intuición estratégica.
La inspiración también puede relacionarse con la intuición. Es habitual
decir acabo de tener una idea, en referencia a que en ese momento hemos
sido conscientes de algo que nos parece relevante. También decimos que
vamos a consultarlo con la almohada. Cuando los asuntos tienen una
cierta complejidad o carga emocional, necesitamos combinar el trabajo
consciente con el subconsciente, tanto para la búsqueda de información,
argumentos y contextualización, como para tomar decisiones. A veces, no
entendemos la forma en que se expresa el subconsciente.
En resumen, es probable que recibamos información por canales diferentes
de los cinco sentidos tradicionales, también que ésta se combine con
nuestro conocimiento previo, creando argumentos de los que podemos no
ser suficientemente conscientes, llegando a tener información útil.
Pero, no parece razonable que la intuición pueda ser tomada como un
instrumento habitual para la toma de decisiones empresariales, aunque
pueda inclinar la balanza hacia unos argumentos o alternativas y otras,
como un elemento más del proceso racional. La intuición puede ser un
complemento a la razón, pero no su sustituto. Por otro lado, en las
grandes organizaciones es poco frecuente que decidan personas que no
comprendan y sepan utilizar correctamente el proceso de toma de
decisiones.
Basándome en los resultados de mis investigaciones con más de un
centenar de personas, concluyo que si las intuitivas aprendieran a
aumentar su autoconciencia, potenciarían su percepción y, en su caso,
disminuirían la ambigüedad de sus intuiciones.
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