Inicio Persona Empresa Sociedad Actividades Noticias Nosotros

Aprendizaje continuo para evitar la obsolescencia

Javier Marzal, 10-12-2009.       Artículo en PDF

El aumento de la emprendeduría y de la innovación ha llevado a un nivel de dinamismo sin precedentes que exige a las personas que actualicen y amplíen constantemente sus conocimientos.

 

Debido al incremento del dinamismo en el conocimiento, procesos, organizaciones, etcétera, en todos los ámbitos de la actual sociedad de la información se promueve el aprendizaje continuo como un elemento necesario, tanto a nivel individual como colectivo: departamental, organizacional, nacional e internacional. Por  tanto, uno de los cambios más importantes del siglo 21, consiste en el aprendizaje continuo.

Las organizaciones transnacionales: Naciones Unidas, OCDE y la Unión Europea advierten precisamente que es el aprendizaje continuo el elemento clave para mantener las economías avanzadas. Como consecuencia de la contracultura, en 1968 la UNESCO publicó “La crisis mundial de la educación”, en 1972 “Aprender a ser” que según la propia UNESCO “tuvo el gran mérito de fundamentar el concepto de educación permanente, en un momento en que los sistemas de educación tradicionales eran objeto de críticas”. La Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI de la UNESCO, en “La educación encierra un tesoro”, conocido como informe Delors (1996), destaca a efectos de este artículo las siguientes  ideas: “aprender a conocer” que supone “aprender a aprender” y “la educación a lo largo de la vida”.

En 1983, la publicación de la multidimensional Teoría de las Inteligencia Múltiples de Gardner, supuso un cambio en la forma de entender la mente humana, originando un cambio radical educativo hacia una metodología constructivista más abierta y flexible, que coloca el aprendizaje del alumno en el centro del sistema. Esta educación constructivista afronta el reto del sistema para pasar del adoctrinamiento y entrenamiento para realizar tareas repetitivas, propias de la Era industrial, a contribuir en la creación de un conocimiento singular y creativo en cada persona de la Era de la información.

En este sentido, en 1999 la Unión Europea firma la Declaración de Bolonia que crea un Espacio Europeo de Educación Superior el cual destaca por sus propuestas modulares y una mayor exigencia de iniciativa por parte del alumno. Precisamente, un aumento de la autorresponsabilidad y la consecuente disminución del dirigismo son parte de los nuevos valores de la contracultura que está teniendo un papel similar al Humanismo renacentista respecto a la Era industrial. Ambos van en la dirección de un aprendizaje continuo singular de información, conocimientos, hábitos, habilidades y competencias; en definitiva en el proceso de construcción-destrucción-reconstrucción de las compresiones, con las emociones y comportamientos derivados.

Los gobiernos de turno siguen estas directrices incorporando el aprendizaje continuo a la cultura, al menos, en los países desarrollados. El ámbito académico, las universidades corporativas, las consultoras de formación y los escritores son los principales agentes del aprendizaje o, para los dos primeros, de la educación o formación continua. la vanguardia, especialmente los grandes pensadores, expresan sus observaciones y propuestas en sus libros, por ello, ser autodidacta supone una competencia esencial del nuevo marco del aprendizaje continuo, más incluso que las mencionadas propuestas educativas.

Sin embargo, como hemos visto, desde la “década prodigiosa” de 1960, con la contracultura se puso en entredicho la efectividad de los sistemas educativos en todos los países desarrollados, polémica que se mantiene, especialmente en los países desarrollados menos avanzados, como España, donde el porcentaje de fracaso del sistema educativo -escolar y universitario- y su baja calidad no permite abandonar la economía industrial e innovar en la economía de la información. Algunas grandes empresas ya están buscando directivos y especialistas fuera de España, para salir del bucle que hace que una educación atrasada no permita entrar en la economía de la información y una economía industrial no incentive a tener un aprendizaje avanzado.

La transición desde una economía industrial a una economía de la información -transformando incluso las empresas industriales en empresas de la información- hace que sea la información y el conocimiento los componentes esenciales de los procesos y puestos de trabajo existentes. Pero, generalmente, la información y el conocimiento tienen una vigencia inferior a los 6 ó 7 años en gran parte de los ámbitos intelectuales, científicos y empresariales, por ello el reciclaje continuo se hace necesario a nivel de células sociales operativas, como el departamento de una empresa, donde los conocimientos y las especializaciones surgen y desaparecen de forma continua. Las nanotecnologías, las biotecnologías, las tecnologías y materiales medioambientalmente sostenibles nos llevan a cambiar el mundo material sintético creado principalmente durante la Era industrial. Pero además,  Internet como medio de comunicación y comercialización en la mayoría de los sectores, y para crear un nuevo mundo humano -esta vez no material sino virtual-, la globalización, etc., así como la facilidad para crear ideas, empresas, bienes y servicios, hacen que estemos en una época donde los cambios son más profundos, complejos y rápidos que en cualquier período pasado, haciendo que el mencionado aprendizaje continuo sea necesario para empezar cada pocos años con una actividad profesional muy distinta de la anterior. El aprendizaje se basa en la apertura mental hacia nuevos conocimientos y la flexibilidad mental para cambiar los existentes.

En la década de 1990 destacó la universalización del PC doméstico y del teléfono móvil, así como la apertura de Internet al mundo comercial, proporcionando una infraestructura adecuada para la gestión de la información y del conocimiento en la nueva Era de la información. 2009 ha sido el Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, por tanto de la generación de nuevo conocimiento. Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), información, conocimiento, creatividad, emprendeduría e innovación son los pilares de toda sociedad, pero desde hace poco tiempo son elementos que forman parte de una nueva cultura popular, no sólo de los colectivos elitistas y dirigentes como en la anterior Era industrial.

Históricamente, la innovación ha eliminado los privilegios e intereses creados, tanto en el mundo empresarial (mercados) como en el ámbito del poder social centralizado (nobleza, monarquías absolutas y gobiernos). Sabemos que la innovación hizo que, aproximadamente, un tercio de las mayores empresas del mundo desaparecieron en la segunda mitad del siglo 20 cada 20 años. También sabemos que la mayoría de los trabajadores tienen unos conocimientos y experiencia que, no sólo no sirven, sino que suelen constituir un problema, porque el hábito de utilizarlos distorsionan la realidad y llevan a hacer diagnósticos incorrectos que conducen a decisiones erróneas.

El e-learning y conferencias de autores internacionales están sustituyendo las “clases magistrales” de profesores en su mayoría mediocres y, en gran parte culpables, del rechazo de la mayoría de la población a las instituciones educativas españolas.

 


© 2007-actualidad Carmen Fiestas  - nm@nuevomanagement.com