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		Imitación y creatividad
		La imitación y 
		la creatividad son las dos estrategias básicas para pensar, crear 
		hábitos y actuar. Todas las personas somos creativos e imitativos. Pero 
		la creatividad suele producir errores.
		
		Los diferentes dirigentes culturales, económicos, políticos y sociales 
		han llevado el sistema a una situación insostenible. Ello es debido a 
		que tienen una mentalidad burocrática cuya prioridad consiste en 
		conservar lo heredado, misión incompatible con la innovación sustancial.
		
		Una de las principales características del siglo 20 ha sido el ascenso 
		del sector público y su intromisión en la vida privada, tanto a través 
		de la educación como de las leyes y, además, mediante una creciente 
		voracidad impositiva que hace que la mayoría de la población no pueda 
		tener la vida digna que es un derecho fundamental según las 
		legislaciones actuales de los países occidentales. Esto mismo puede 
		aplicarse con pequeñas adaptaciones al entorno de las grandes empresas y 
		sus dirigentes.
		
		Hemos 
		demonizado incorrectamente la imitación, tal vez para fomentar la 
		creatividad y la innovación, sin considerar que éstas parten de lo 
		existente y, por tanto, de la imitación en alguna medida. Además, la 
		imitación es más necesaria cuantitativa y cualitativamente que la 
		innovación, tanto a nivel individual como colectivo, incluso en el 
		ámbito empresarial, aunque no sea suficiente. Si bien es cierto que con 
		la copia del pasado, también repetimos los mismos errores. Una acción 
		puede ser sólo imitativa o imitativa y, además, creativa.
		
		La 
		educación es básicamente imitativa porque aprendemos lo que otros saben. 
		En cuanto al pensamiento, somos esencialmente imitativos; la 
		intersubjetividad cultural está en la mente de todas las personas y 
		pocas la cambian. En la vida somos, principalmente, imitativos; copiamos 
		los modelos de vida establecidos. En el trabajo todos somos creativos e 
		imitativos; sin embargo, no todos somos innovadores. La inercia es la 
		fuerza individual y colectiva más poderosa.
		
		En el 
		mundo empresarial, desde hace varias décadas se ha dado una importancia 
		capital a la emprendeduría y a la innovación; sin embargo, acabamos de 
		leer que son la imitación y la inercia las que dirigen a las personas y, 
		con ellas, al mundo. La emprendeduría y la innovación tienen mucho de 
		imitación, pero también de creatividad, entendida como el abandono de la 
		inercia, de las reglas. La creatividad innovadora surge cuando vemos una 
		cosa determinada de una manera distinta y llevamos esa visión a la 
		acción.
		
		
		Efectivamente, cuando se realiza una contextualización diferente y se 
		toman en consideración posibilidades efectivas que no se han utilizado 
		previamente, creamos la innovación, sea una teoría científica o una 
		nueva propuesta empresarial o social.
		
		La 
		mayoría de las personas suelen limitarse a las reglas establecidas. 
		Cuando no es así y utilizan su creatividad ésta no suele obtener los 
		resultados esperados, no es productiva porque cometen varios errores, 
		destacando dos por ser los más  habituales. Por un lado, suelen tender a 
		no comprender suficientemente un asunto. Sobre una base real (hechos), 
		la completan con suposiciones con poco fundamento (creatividad 
		distorsionadora o fantasiosa), lo que les lleva a equivocarse. Por otro 
		lado, suelen tomar decisiones egocéntricas, basadas en lo que suponen 
		que son sus propios intereses, aunque puede que las consecuencias de su 
		decisión les perjudique. Son decisiones impulsivas y absurdas en 
		contextos colectivos.
		
		Los 
		innovadores suelen tener un alto conocimiento de un aspecto concreto de 
		la realidad. Por ello, cuestionan con escepticismo los presupuestos 
		básicos que subyacen a las creencias generalizadas al respecto. Al no 
		servirles lo existente, buscan nuevos fundamentos y sobre ellos 
		construyen los modelos, teorías, bienes o servicios que forman su 
		propuesta que, si es suficientemente aceptada, se convierte en una 
		innovación. Así funciona la creatividad innovadora que permite 
		aprovechar mejor las posibilidades existentes, generalmente creadas en 
		su mayoría por otras personas anteriormente.
		
		Las 
		estrategias más rentables se basan en un posicionamiento fuerte de una 
		empresa; por ejemplo, Microsoft imita todos los productos de software y 
		tecnologías que tienen éxito en la gran empresa, adaptándolo para todo 
		tipo de empresas y, a veces, particulares, es decir, universaliza los 
		mejores productos. Probablemente, Microsoft es la única empresa de 
		software del mundo con la suficiente credibilidad –posicionamiento- para 
		realizar esta estrategia. Podríamos denominar a su estrategia: 
		innovación imitativa. Lo mismo podría decirse de la actual etapa 
		empresarial de Apple con el i-Pod, i-Phone, etc.
		
		Aunque 
		la imitación, por acumulación histórica es más importante que la 
		creatividad, tiende a la decadencia debido a los errores del pasado. 
		Esta regla es universal, aplicable tanto a las personas como a los 
		sistemas colectivos: organizaciones o sociedades. La crisis de 2007 es 
		una buena muestra: es el ocaso de los burócratas que han impulsado y 
		aprobado innovaciones fraudulentas, manteniendo además reglas que no 
		sirven.  |  |  |