El colapso de las
burocracias
El
colapso del poder burocrático nos está conduciendo a un cambio social
traumático. Drucker escribió que estamos en la Era de la discontinuidad
y ello implica la subordinación de los burócratas a la innovación.
Los diferentes dirigentes culturales, económicos, políticos y
sociales han llevado el sistema a una situación insostenible. Está
implosionando el sistema debido a que los dirigentes políticos y
financieros no quieren renunciar a sus privilegios e intentan
mantener una estructura socioeconómica insostenible.
Ello es debido a que tienen una mentalidad burocrática cuya
prioridad consiste en conservar lo heredado, una misión
incompatible con el cambio radical (de raíz) derivado de un cambio
erario, concretamente desde la Era industrial a la Era de la
información. El sistema postindustrial ha quebrado. Recordemos que
en el anterior cambio erario, la Era industrial hizo desaparecer
el poder de la cúpula social anterior: Iglesia-nobleza, con ese
aprendizaje podremos comprender lo que está pasando actualmente y
que supone un cambio social profundo en el pensamiento y en la
estructura social.
Una de las principales características del siglo 20 ha sido el
ascenso del sector público y su intromisión en la vida privada,
tanto a través de la educación como de las leyes y, además,
mediante una creciente voracidad impositiva que hace que la
mayoría de la población no pueda tener la vida digna que es un
derecho fundamental, según las legislaciones actuales de los
países occidentales. Esto mismo puede aplicarse con pequeñas
adaptaciones al entorno de las grandes empresas y a sus
dirigentes.
Drucker observó que, con la Segunda Revolución Industrial (desde
1870) aparecieron las corporaciones en la forma actual. Para
dirigirlas, surgió una nueva clase social: los empresarios
profesionales (no confundir con los emprendedores empresariales) y
directivos actuales que tienen, como los dirigentes políticos y
sociales, un perfil burocrático orientado a conservar los logros
del pasado.
Numerosos autores han mencionado la corrupción de los empresarios
que actúan como mafias para que las personas que accedan a las
cúpulas de las mayores empresas acepten la corrupción establecida
(ver informe sobre corrupción de Transparencia Internacional).
Situación similar a la que ocurre en los partidos políticos y el
ámbito gubernamental.
Como afirmé en mi artículo de 2009, sobre los talentos múltiples,
la mentalidad burocrática es incompatible con la mentalidad
innovadora y con la emprendeduría, igual que la actividad
innovadora es poco compatible con la actividad burocrática; ambas
funciones son necesarias, a nivel organizacional y social, pero
poco compatibles. Las excepciones son mínimas y no suelen llegar a
las cúpulas empresariales porque suelen crear sus propias
organizaciones.
Con las convulsiones sociales actuales y las que vendrán, es
pertinente recordar algunos aspectos de esa propuesta.
En aquel artículo propuse un nuevo modelo organizacional,
empresarial y social, consistente en la mezcla, en las cúpulas, de
personas con mentalidad innovadora, burocrática y tecnocrática,
según las necesidades sociales, sectoriales y organizacionales de
cada momento, así como en separar los procesos y recursos,
incluidas las personas de la actividad heredada (burocrática) de
los proyectos de cambio.
Pero, tal vez, las cúpulas deban eliminarse y sus decisiones deban
ser tomadas por comités creados para cada tipo de decisión y
formados por personas elegidas democráticamente por todos los
trabajadores.
La actividad heredada debe ser realizada por el personal típico de
las administraciones públicas y de las grandes empresas,
incluyendo los dirigentes actuales, es decir, por personas con
perfiles conservadores, burocráticos. Por el contrario, los
proyectos de cambio deben ser gestionados por personas con
diferentes tipos de talento y aplicando las nuevas ideas
relacionadas con el management y los recursos humanos:
globalización descentralizada (término que acuñé en mi libro sobre
el talento de 2008), gestión del talento, crecimiento personal y
profesional (Personal Building, término que acuñé en el mismo
libro y anteriormente en otros trabajos), equipos de trabajo de
alto rendimiento, empowerment, coaching, mentoring, etc.
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