Procedemos de sociedades poco transparentes, desarrolladas sobre
el oscurantismo medieval creado para posibilitar que una minoría
dirigente se aprovechara de la mayoría sumisa y obediente. Esta
tradición llega hasta nuestros días, como wikileaks ha acreditado
respecto de varios gobiernos. Es de dominio público que la
opacidad es habitual también en el mundo judicial y en el mundo de
las organizaciones privadas, con o sin ánimo de lucro, empresas y
ONL, respectivamente.
Las
principales consecuencias del oscurantismo fueron la falta de
libertad y la oposición a cualquier cambio, incluyendo todo tipo
de progreso. Estas consecuencias también se pueden extrapolar a la
mayoría de opacidad o falta de transparencia en cualquier ámbito:
educativo, cultural, político y organizacional.
Para
poder aumentar el conocimiento existente y para innovar es
necesario tener información sobre lo existente. En el caso de
necesidades empresariales o sociales, debemos conocer las
necesidades de los destinatarios y las posibilidades para
atenderlas o la información necesaria para crear las nuevas
posibilidades de la innovación.
La
ocultación de información relevante y la alta corrupción de los
dirigentes de instituciones y empresas consolidadas, también
encubierta, ofrecen una alta resistencia al cambio, haciendo que
estas organizaciones sean cada vez peores y estén cada vez más
alejadas de los intereses legítimos de sus stakeholders que
cubren. Stakeholders que son accionistas, clientes, colaboradores,
proveedores o trabajadores en el caso de las organizaciones
privadas y habitantes de una demarcación geopolítica en el caso
del sector público. La opacidad crea, mantiene y aumenta la
injusticia social y ésta desmotiva a las personas en cuanto a su
aportación social, creando una cultura insostenible que conduce a
la decadencia.
Internet
ha supuesto la mayor revolución de la historia en cuanto a la
compartición de la información. A pesar de ello, la mayoría de los
dirigentes ocultan la mayoría de la información existente y
disponible en formato digital. La mayoría de los dirigentes,
públicos o privados, comparten una parte de sus planes y de sus
operaciones, ocultando la que ellos consideran sensible,
generalmente por sus propios intereses.
Tras visitar, con carácter
analítico, miles de web sites de organismos públicos españoles y
extranjeros, de ONL y de empresas, nunca he encontrado una
organización que proporcione suficiente información sobre su
actividad ni sobre su producto. No dan la información que sus
usuarios necesitan, incluso en el mundo empresarial ni siquiera la
ofrecen a sus canales de venta ni a sus clientes. Lo mismo suelen
hacer los empresarios respecto de los directivos y éstos respecto
de quienes no lo son.
La transparencia, la justicia social, el fomento de la innovación
y la eliminación de los desmotivadores son
principios de la Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no
conspirativo) y del
Nuevo Management; es decir,
de los modelos de la actual Era de la información.