España es
un país donde la corrupción es la norma: políticos, policías,
fiscales y jueces, se han instalado en la Abusocracia. La mayoría
no cumple la Ley y están inmersos en la corrupción o la permiten.
Los empresarios y directivos
dirigen equipos de trabajo. Esta actividad requiere competencias
similares, con algunas diferencias propias de los asuntos a tratar
y de las personas con las que se relacionan.
Los
directivos están más relacionados con la función organizativa de
su área: administración, marketing, operaciones/producción,
recursos humanos o tecnologías de la información.
Los
empresarios están más relacionados con la estrategia, las
finanzas, las inversiones, las relaciones institucionales y la
imagen corporativa. En España y en la mayoría de los países
desarrollados, también suelen relacionarse con el enchufismo y la
corrupción.
Además deben tener una serie de características propias que
también son deseables en los directivos,
pero no necesarias. Todas
ellas derivan de una visión sistémica de varias cosas, siendo la
visión sistémica una comprensión suficiente del asunto en su
globalidad, de los principales agentes intervinientes, de sus
intereses y de sus relaciones, de las tendencias. En el caso de
los empresarios, sus resultados se deben a las siguientes
competencias:
-
Visión
sistémica
de la motivación humana.
-
Visión sistémica
del mundo empresarial.
-
Visión sistémica
mínima del contexto socioeconómico de su principal mercado o
internacional, si no existe un mercado que suponga la mayoría
de las ventas.
-
Visión sistémica
del sector de actividad económica donde opera su empresa y de
los sectores relacionados.
-
Visión sistémica
de la empresa, de sus stakeholders (accionistas,
colaboradores, clientes, proveedores y trabajadores) y de su
funcionamiento global, incluyendo los aspectos principales de
cada área funcional.
-
Visión sistémica
del negocio de su empresa, a corto, medio plazo y largo plazo,
aunque este último no es habitual y, generalmente, los otros
empresarios de su empresa no lo toleraría.
-
Capacidad de relacionarse con todo tipo de dirigentes públicos
y privados.
-
Aceptar salarios exageradamente altos y otros privilegios
ilegítimos. Si se niegan a ello, las cúpulas empresariales no
le dejarían ser uno de ellos. Este hecho queda bien reflejado
en el “Informe Global sobre Corrupción 2009” de Transparencia
Internacional.
Además de características básicas de cualquier trabajador
efectivo: alta capacidad de discernimiento o sentido común,
capacidad de aprendizaje, orientación al cambio y a la innovación
(en sectores dinámicos), orientación al incrementalismo, capacidad
de resolución de problemas, comprensión de las ventas de su
empresa. En sectores de actividad económica dinámicos también son
necesarias las competencias de apertura y flexibilidad mentales,
así como la proactividad.
En
algunos casos también requieren otras competencias como:
orientación al cliente y a los procesos internos.
Una
característica fundamental es la capacidad de comprender las
operaciones matemáticas propias de un negocio. Por el contrario,
la mayoría de los dirigentes políticos y sindicales tienen una
baja o nula comprensión de los números.
La visión sistémica, la proactividad, la apertura y la
flexibilidad mentales, son
principios de la Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no
conspirativo) y del
Nuevo Management; es decir,
de los modelos de la actual Era de la información.