Esta mañana he hablado con el dueño de un bar que es una
microempresa. Se quejaba de que la baja laboral por enfermedad de
una trabajadora le ha costado 3.000 euros, porque paga a la
trabajadora que no trabaja y paga a sus sustituta que sí trabaja.
Se quejaba de que algunos meses de invierno, pierde dinero, pero
tiene que seguir pagando la seguridad social de sus trabajadores.
Recordando mis tiempos de empresario, le he dicho que antes la
empresa sólo pagaba los primeros días y después era la Seguridad
Social la que se hacía cargo del pago de la nómina, aunque la
reducía.
Me ha dicho que ahora no es así, sino que la empresa paga cerca de
la mitad y encima la Seguridad Social no paga sino que la empresa
paga la totalidad y, después, reclama a la Seguridad Social su
parte, perjudicando su liquidez.
Cabe recordar que también las empresas pagan la baja de
maternidad.
Ambas situaciones son injustas y disminuyen la baja productividad
española. Son injustas porque una empresa no tiene por qué pagar a
un trabajador que no trabaja, salvo las vacaciones que ya están
previstas. Si alguien tiene que cubrir estas eventualidades es el
Estado que para eso está. Además, las pequeñas empresas no tienen
capacidad y esto supone que, generalmente, el dueño de la empresa
lo pague de su bolsillo.
Hace tres días (6-9-2016), el diario económico español “El
Economista” publicaba un artículo con el siguiente título: “'The Economist' acusa a los
sindicatos españoles de "obstaculizar" la creación de empleo”.
Desde hace años, vengo escribiendo que las instituciones
españolas, incluyendo a las patronales empresariales, son los
principales enemigos de los trabajadores, de los emprendedores
empresariales, de los emprendedores sociales, del empleo, de la
productividad y del progreso social.
El 4-4-2016, el diario La Vanguardia, publicaba una entrevista a
un catedrático
de
Teoría Económica que, en referencia a las consecuencias
de la corrupción, decía: “Con instituciones como las suecas, España
progresaría como Suecia”.
La justicia laboral, el
aumento de la productividad, el bienestar individual y el progreso
colectivo, son principios de la
Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no conspirativo) y del
Nuevo Management; es decir, de los modelos de la actual
Era de la información.