El conocimiento
científico sobre el ser humano y su comportamiento social
(ciencias humanas y ciencias sociales), están más presentes en el
mundo empresarial que en cualquier otro ámbito de la sociedad,
incluyendo la educación escolar. Por ello, hace años ya escribí
sobre la función educativa de las empresas en la sociedad, tanto
en sus trabajadores como en toda la sociedad a través de sus
actividades de marketing.
A pesar de ello, a veces
algunos anuncios siguen impulsando la visión mágica
(filosófico-religiosa). Recientemente he visto en televisión uno
de estos anuncios y por eso he escrito este artículo. En dicho
anuncio televisivo se decía que no todo es racionalidad, afirmando
que la creatividad no lo es. La realidad es la contraria porque no
hay nada más racional que la creatividad que genera la innovación
y no hay nada de magia en la creatividad, sino librepensamiento,
es decir, pensamiento no condicionado a lo que ya sabemos, sino
nuevas combinaciones de nuestro pensamiento y búsqueda de
respuestas a preguntas que anteriormente no nos habíamos hecho.
Desde hace pocos años,
como reacción a la Gran Crisis internacional de 2008, se han
puesto de moda conceptos como el cambio, la innovación y la
emprendeduría. Estos conceptos enlazan con nuestra auténtica
naturaleza humana, concretamente con la curiosidad que suele
atribuirse a los niños y con nuestra motivación innata de superar
retos.
No sólo debemos al mundo
empresarial los bienes y servicios que consumimos, así como los
impuestos que generan y los salarios que pagan, sino también
nuestra educación y nuestro cambio cultural que nos hacen más
humanos, a diferencia del sector público que deshumaniza según el
Foro Social Mundial.
En cierto modo, puede
decirse que esta revolución cultural, promovida por las empresas,
está acercando a los españoles a la mentalidad de los países que
tuvieron la Reforma protestante y el conjunto de revoluciones que
crearon la Revolución Industrial. En otras palabras, está
eliminando el retraso cultural español característico, así como la
idiotización y el indoctrinamiento al que nos somete la educación
escolar, reforzada por los medios de comunicación y por los
políticos.
La productividad, la creatividad, el cambio, la innovación y la
humanización, son
principios de la Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no
conspirativo) y del
Nuevo Management; es decir,
de los modelos de la actual Era de la información.