El método productivo “Just in Time”, cuya traducción del
término anglosajón sería “Justo a Tiempo”, surgió en empresas
niponas como una innovación en los procesos relacionados con la
mejora de la producción, principalmente apareció como una solución
al ahorro del espacio para evitar almacenamiento de grandes stocks
y la carga de inventarios, además de la eliminación de
desperdicios.
Los cambios recientes en el comportamiento del mercado han
transformado la forma
de entender la producción, entre otros: ya no consumimos todo lo
que se produce, sino que se produce según el nivel de consumo. La
aparición de la competencia feroz en la que muchas empresas
producían casi simultáneamente productos similares fue reduciendo
la cuota de mercado. Muchas empresas han quebrado por exceso de
producción al no adaptarse al ritmo del mercado, poniendo mayor
énfasis en reducir costes en lugar de eliminar ciertas prácticas
despilfarradoras. Tal vez no entendieron que, además de
innovación, se trataba de encontrar mayor margen de beneficio,
atendiendo al cambio de
los procesos y prácticas así como al valor que supone el
recurso humano.
Este nuevo método productivo adoptado por los japoneses va
más allá de la mejora de los procesos, flujos de trabajo y
eliminación de desperdicio o material sobrante, implica una
mentalidad en la que, aparte de querer hacer mejor las cosas, se
imponga el sentido común.
Las personas “just in time” son quienes disponen de su
sentido común aplicándolo en todas las áreas de su vida. En el
terreno laboral, son personas que buscan soluciones que mejoren su
productividad, capaces de plantearse las preguntas correctas,
dando por hecho que los sistemas implantados son susceptibles de
mejora y son proactivos en su iniciativa, dando los pasos
adecuados para movilizar el cambio. Para ello, suelen activar los
resortes necesarios para conseguirlo. No obstante no lo tienen tan
fácil. A veces no cuentan con el respaldo apropiado por parte de
quienes siguen anclados en mentalidades procedentes de la Era
industrial, que se basan más en conseguir mejores tiempos de
productividad basados en la presión y ahorro de costes;
otras veces porque no están en empresas con visión
integradora.
En su ámbito personal las P.J.I.T. también siguen un
proceso de mejora continua y aprendizaje. Son personas que llegan
a convertirse en más prácticas en general, que cambian
comportamientos habituales que no les benefician por otros que sí
lo hacen a base de entrenamiento, que obtienen recursos que les
eran desconocidos para obtener una vida satisfactoria, que
producen los cambios en su entorno construyendo su forma de vida
tras haberse cuestionado el “para qué” de aquello que disponen,
eliminando si es preciso incluso aquellas relaciones que no les
aportan valor.
Las P.J.I.T. dan valor añadido. Su mentalidad no procede
tanto de su conocimiento académico
sino de su “querer hacer bien las cosas”. Son personas
cooperativas, que trabajan en equipo, son colaboradoras y capaces
de mejorar el resultado a través de la integración de los
procesos, con independencia de que parte de ellos se realicen
dentro de la empresa o fuera.
Este tipo de mentalidad “Just in Time” forma parte de Nuevo
Management.