El mundo
material sintético que la Humanidad ha creado, principalmente,
durante la Era industrial, atenta gravemente contra la
sostenibilidad del mundo material natural y contra la salud de las
personas.
Desde
hace unas décadas, como consecuencia del movimiento verde de la
década de 1960 y los consiguientes movimientos ecologistas, los
científicos han extendido una red de sensores por el mundo para
medir la temperatura y sus cambios. Según estas mediciones, la
temperatura en la Tierra está aumentando y a este cambio se le
denomina “calentamiento global”. Este calentamiento está siendo
menor que las previsiones. Como consecuencia de este cambio
climático, los inviernos son más largos y fríos y los veranos más
largos y cálidos; además, son más frecuentes y fuertes los
fenómenos
meteorológicos
como los huracanes, tormentas e inundaciones.
Debemos
reconstruir el mundo material sintético, teniendo en cuenta la
Naturaleza y la salud, originando un enorme trabajo que requiere
la actividad innovadora característica de los dos sectores
privados: empresarial y social. Existen numerosos negocios
afectados por estos cambios, desde los textiles y de los
materiales hasta la forma en que hacemos todo tipo de
construcciones de oficinas o domésticas y, además, pueden dar
lugar a nuevos negocios. Por otro lado, el calentamiento global
forma parte del actual ecologismo que ha dado lugar a la
macroindustria medioambiental.
En
general, todos los negocios industriales están afectados, en mayor
o menor medida, por la conciencia planetaria y el ecologismo.
Igualmente, el trabajo en las oficinas, tanto por la eliminación
del papel como por la utilización de ordenadores y otros
dispositivos electrónicos con menor consumo y menores emisiones
nocivas, conforme a la normativa internacional como serie de
normas ISO 14000 de gestión medioambiental.
La
actividad ecológica puede y debe incluirse en las políticas de
comunicación de las empresas o incluso puede considerarse como
valor añadido y, por tanto, utilizarse en el marketing empresarial
y en el marketing político. Además, los empresarios y directivos
tienen que incluir la dimensión medioambiental entre los
condicionantes principales en su toma de decisiones.