Lo primero que cualquier persona diagnosticada de TDAH, sus
familiares, amigos y compañeros de trabajo deben saber es lo
siguiente:
1.- “De
todas las especialidades de la medicina, la psiquiatría es la
única que ha concitado la formación de un movimiento crítico muy
estable.”
(Wikipedia, sobre la antipsiquiatría)
2.- “El TDAH es una enfermedad
ficticia” confiesa su creador en el lecho de muerte (http://www.ccdh.es/2013/06/el-tdah-es-una-enfermedad-ficticia-confiesa-su-creador-en-el-lecho-de-muerte/?gclid=Cj0KEQiAsP-2BRCFl4Lb2NTJttEBEiQAmj2tbVCzUJfxt2vgOP1v8ain2cWVS1i5U_M2-2BcXSUhXKcaAhCW8P8HAQ)
3.- “Se trata de un trastorno del comportamiento caracterizado
por distracción moderada a grave, periodos de atención breve,
inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.”
(Wikipedia).
4.- Para la psiquiatría todas las personas que no son como las
demás tienen un trastorno mental. Para la psiquiatría todas las
personas que no son mediocres tienen un trastorno
mental. Para la psiquiatría todas las personas que no siguen
las reglas tienen un trastorno mental.
El comportamiento de las personas hiperactivas es propio de todas
las personas que tienen inquietudes vitales, están orientadas a la
acción y a la vez están desorientadas. Es más, estas tres
características son propias de la mayoría de las personas con
talento, hasta que son capaces de encauzarlo, es decir, hasta que
lo aplican en algo que les motiva suficientemente para dedicar su
atención, desapareciendo la distracción, la atención breve a lo
que hacen, la inquietud motora, la inestabilidad emocional y las
conductas impulsivas.
El cambio continuo de actividad se debe a la falta de motivación
por las actividades que realizan, es decir, porque no encuentran
una actividad que les motive. Lógicamente, una persona intelectual
siempre está motivada. Por el contrario, una persona superficial,
no encuentra satisfacción en lo que hace y por eso, si tiene
inquietud, cambia de actividad constantemente. Es indudable que la
extendida ignorancia, derivada del dogmatismo generalizado y del
indoctrinamiento, las motivaciones superficiales, como las
derivadas del materialismo, o las deshumanizadoras, derivadas de
la injusticia social, impulsan hacia la superficialidad y la
desorientación.
Probablemente, la hiperactividad se deba a una mayor ambición
vital que la mayoría, combinada con la habitual desorientación que
nos crea desde niños, nuestro entorno más próximo (familia y
amigos, profesores y compañeros), así como la sociedad en su
conjunto.
Desde el punto de vista profesional, tener una superior actividad
es normal si consideramos ciertas las afirmaciones sobre que la
mayoría son holgazanes, poco productivos y está muy extendido el
parasitismo social. Por ello, el colectivo de los hiperactivos
tienen el potencial de realizar unas aportaciones superiores a la
mayoría y su aprovechamiento es una oportunidad para aumentar la
productividad organizacional que es una de las bases del progreso
colectivo.
A cualquier directivo organizacional con las ideas claras, le
gustaría contar con un porcentaje relevante de personas con las
referidas tres características, porque las dos primeras (inquietud
y orientación a la acción) son esenciales para ser más productivo
que la media y la orientación puede resolverse aportando objetivos
claros.
La superdotación, las altas capacidades y la hiperactividad, se
convierten en problemas para quienes las tienen y para su entorno,
salvo que consigan una orientación válida para sus actividades
mentales y profesionales.
La orientación, la alta
productividad, la sostenibilidad y la justicia social, son
principios de la Nueva Conciencia, del
Nuevo Orden Mundial (no conspirativo) y del
Nuevo Management; es decir, de los modelos de la actual
Era de la información.